Nelly Louzan de Solimano: in memoriam (Justo García Sánchez)

In memoriam de Nelly Louzan de Solimano q. e. p. d.

 

Hace veinte años, con ocasión de primer congreso internacional, organizado en Granada por la Asociación Iberoamericana de Derecho romano, auspiciada generosamente por el amigo y colega Fermín Camacho Evangelista, pudimos encontrarnos en las sesiones con un grupo de romanistas argentinos, aglutinados en torno a la egregia figura de nuestra querida Nelly.

Desde entonces, junto a un elevado número de colegas de la República Argentina, puso en práctica dentro del grupo una serie de valores que quedan perennes para los que debemos seguir su conducta modélica:

  1. No importa la edad para emprender iniciativas, y la madurez es un grado importante para aportar la experiencia.
  2. Es imprescindible pensar en transmitir a los jóvenes el entusiasmo, sacrificio, entrega y buen hacer, tanto en el plano académico-docente como en el investigador, para que cumplamos el principal cometido que asumimos con la incorporación universitaria.
  3. Las personas aisladamente consiguen pocos y limitados objetivos, pero solidariamente, en un marco de pluralidad, uniendo las energías comunes, se obtienen resultados excepcionales.
  4. Es indispensable renovarse, también en el plano académico, para que nuestras enseñanzas “sirvan” en el contexto formativo de los futuros juristas, sin perder la visión esencial del Derecho, ars aequi et boni, y los tria iuris praecepta, que deben inculcarse en la sociedad, para que la justicia informe la norma legal.
  5. Ningún momento es demasiado tarde para emprender tareas, y confiar en los colegas resulta gratificante además de estimulante en el esfuerzo propio.

Podríamos seguir enumerando otros muchos, como el amor a la familia, a la que tenía muy presente en sus desplazamientos, y la pequeña de su progenie era complementada con el de sus hermanos y sus respectivas familias, o el sentido trascendente de la existencia.

Fue un privilegio el que tuvimos durante dos décadas, y aunque no coincidíamos más que durante las jornadas anuales, siempre era enriquecedor encontrarla con su sonrisa y mesura, además de enorme cultura. De todos esos valores, pondría una síntesis personal en su bonhomía, que trasladaba a los colaboradores, cuya enumeración omitimos para no dejar del elenco alguno de ese numeroso grupo, que eran compañeros fieles en el respeto mutuo y atenciones recíprocas, algunos de los cuales proseguirán las tareas que dejó inconclusas, como esa Revista jurídica de la Universidad de El Salvador, cuya dirección asumió en sus últimos años con toda ilusión, porque siempre estaba “a disposición” de los demás, para atender el bien de la comunidad o institución en la que se integraba.

Que el Dios de la Vida le haya acogido en su seno y proporcionado la Paz, junto a su marido y demás cognados que le precedieron, concediendo a sus familiares, a partir de los hijos y nietos, el consuelo de su ejemplo, junto a la fortaleza en estos difíciles momentos de ausencia terrenal. Descanse en Paz. Oviedo, 25 de julio de 2012, festividad de Santiago Apóstol.

 

Justo García Sánchez.

Presidente honorario de la Asociación Iberoamericana de Derecho Romano.